Avanzaremos en su parte de atrás para disfrutar de un huerto de origen musulmán y conocer el sistema de riego en la Edad Media, las características de sus canalizaciones y arriates, así como los cultivos típicos de este periodo medieval.
Desde este huertecillo accederemos a su vecino Jardín de la Pólvora donde se asentaba la antigua Fábrica Nacional de Pólvora y Salitres, y la cual desde hace años se trasladó a la pedanía de Javalí Viejo.
Tras abandonar ambos jardines volveremos a incorporarnos a la que antaño llamaban calle de la Acequia y nos pararemos para contemplar una pequeña capilla que siempre se ha conocido como la de San Diego. Un lugar que formaba parte de una de las paradas del Vía Crucis que se iniciada en la catedral y continuaba por la iglesia próxima de los Pasos de Santiago.
Tras explicar algunas características de estos espacios religiosos, llegaremos al primer rascacielos de Murcia, el edificio de los Nueve Pisos. En su exterior observaremos que en uno de sus laterales aún se conserva la portada del antiguo Colegio Jesuita y que más tarde sería la puerta de acceso a una fábrica de Hilar y Tejer a la Piamontesa. Función que bien podemos leer en el friso ubicado sobre la portada. Y es que dicha fábrica asentada aquí en el siglo XVIII se sirvió del agua de la acequia que pasa justo bajo de sus pies.
Un poquito más adelante haremos otro alto en el camino para conocer algunas historias como la que nos ha llegado del siglo XIX de la caída de la torre de San Miguel y la muerte de una mujer. Una desgracia provocada por los grabes problemas de humedad en la cimentación de su torreón y a consecuencia de la acequia.
Junto a San Miguel, la Iglesia desacralizada de San Esteban; otra parada delante de su bella portada renacentista (una vez más sobre la acequia) y donde el visitante podrá contemplar las trampillas por donde los operarios se introducen cada cierto tiempo para limpiar su interior.