Desde la fábrica de la Seda hasta la acequia mayor Aljufía

Desde la antigua fábrica de la Seda y la Pólvora de Murcia, paseando por el jardín hispano-musulmán, el antiguo arrabal de la Arrixaca y conventos agustinos, dominicos y franciscanos, llegaremos a la Universidad sobre la acequia mayor Aljufía.

Una gran oportunidad para aprender y comprender interesantes cuestiones sobre la red de riego tradicional de la huerta murciana.

Punto de encuentro: Plaza Agustinas (delante del Museo de la Ciudad). Murcia.

Una acequia con una gran historia

La acequia Aljufía es una de las dos acequias mayores que vertebran la red de riego tradicional de la Huerta de Murcia y la cual deriva del rio Segura desde una presa conocida como la Contraparada en la pedanía de Javalí Nuevo.

Nuestro recorrido sin embargo no se inicia en este lugar a varios kilómetros de Murcia, sino desde el espacio que antiguamente ocuparan las fábricas dedicadas al trabajo de la seda y de las que hoy solo se mantienen sus chimeneas, y el nombre de un curioso y coqueto jardín.

Adentrándonos en las profundidades de este lugar

Desde allí caminaremos por encima de la citada acequia Aljufía (acequia Norte) parándonos en interesantes lugares como el Convento de las Agustinas o el Museo de la Ciudad o. Un museo que se levanta sobre la que fuera vivienda y huerto del protonotario del Papa Julio II, D. Rodrigo Gil de Junterón en el siglo XVI, y que, con los años, ya en el XIX, pasaría a manos de la familia de los López-Ferrer.

Un viaje al pasado lleno de historia

Avanzaremos en su parte de atrás para disfrutar de un huerto de origen musulmán y conocer el sistema de riego en la Edad Media, las características de sus canalizaciones y arriates, así como los cultivos típicos de este periodo medieval.

Desde este huertecillo accederemos a su vecino Jardín de la Pólvora donde se asentaba la antigua Fábrica Nacional de Pólvora y Salitres, y la cual desde hace años se trasladó a la pedanía de Javalí Viejo.

Tras abandonar ambos jardines volveremos a incorporarnos a la que antaño llamaban calle de la Acequia y nos pararemos para contemplar una pequeña capilla que siempre se ha conocido como la de San Diego. Un lugar que formaba parte de una de las paradas del Vía Crucis que se iniciada en la catedral y continuaba por la iglesia próxima de los Pasos de Santiago.

Tras explicar algunas características de estos espacios religiosos, llegaremos al primer rascacielos de Murcia, el edificio de los Nueve Pisos. En su exterior observaremos que en uno de sus laterales aún se conserva la portada del antiguo Colegio Jesuita y que más tarde sería la puerta de acceso a una fábrica de Hilar y Tejer a la Piamontesa. Función que bien podemos leer en el friso ubicado sobre la portada. Y es que dicha fábrica asentada aquí en el siglo XVIII se sirvió del agua de la acequia que pasa justo bajo de sus pies.

Un poquito más adelante haremos otro alto en el camino para conocer algunas historias como la que nos ha llegado del siglo XIX de la caída de la torre de San Miguel y la muerte de una mujer. Una desgracia provocada por los grabes problemas de humedad en la cimentación de su torreón y a consecuencia de la acequia.

Junto a San Miguel, la Iglesia desacralizada de San Esteban; otra parada delante de su bella portada renacentista (una vez más sobre la acequia) y donde el visitante podrá contemplar las trampillas por donde los operarios se introducen cada cierto tiempo para limpiar su interior.

Un pasado inolvidable

Tras cruzar la Gan Vía de Murcia, pararemos para mostrar donde antaño se tomaron fotografías de puentes y construcciones sobre el curso del agua, seguiremos hasta el convento de Santa Clara para exponer como este canal servía de fuente para regar los conventos de las hermanas de Santa Clara, al igual que el de las de dominicas y dominicos que se ubicaban junto a él. De hecho, el convento de Santa Ana (dominicas) es el lugar donde la Acequia Aljufía abre otro canal más pequeño o brazal llamado Caravija.

Para terminar el recorrido llegaremos hasta la actual Universidad, antiguo convento de la orden de los mercedarios desde el siglo XVI al XIX, y por el que sigue surcando de forma soterrada el agua de la acequia, conocida desde aquí como Benetucer, para adentrarse en la huerta y llegar hasta su tramo final en la pedanía murciana de Puente Tocinos.

Notas: Niños de 7 a 10 años, 7€
Tiempo 2:30 h
7,00
10,00